jueves, 15 de octubre de 2009

VASLAV NIJINSKY - "Ahora Puedo Bailar con mi Sombra"-


DIARIO
Por: Vaslav Nijinsky (1890-1950)

He desayunado bien, pues he comido dos huevos pasados por agua y patatas fritas con habas. Me gustan las habas, sólo que son secas. No me gustan las habas secas, pues en ellas no hay vida. Suiza está enferma, pues está llena de montañas. En Suiza la gente es seca, pues no hay vida en ella. Yo tengo una criada seca, pues no siente. Piensa mucho, pues la secaron en otro sitio donde estuvo sirviendo mucho tiempo. No me gusta Zúrich, pues es una ciudad seca. En ella hay muchas fábricas y además muchos hombres de negocios. No me gusta la gente seca, y por eso no me gustan los hombres de negocios. (Pág. 9)

… No he experimentando más que cosas horribles. Temo a la gente, pues no me sienten, sino que me comprenden. Temo a la gente, pues quieren que lleve el mismo tipo de vida que ellos. Quieren que baile cosas alegres. No me gusta la alegría. Amo la vida… (Pág.14)

… Comprendo lo que es la diversión. Yo no soy divertido, pues sé que la diversión es la muerte. La diversión es la muerte de la razón Temo a la muerte y por eso amo la vida… (Pág. 17)

Que el hombre desciende del mono no lo dijo Nietzsche, sino Darwin. Se lo he preguntado a mi mujer por la mañana, pues he sentido pena por Nietzsche. Me gusta Nietzsche. Él no me comprenderá, pues piensa. Darwin es un hombre sabio. Mi mujer me ha dicho que escribió cosas eruditas en francés, se llaman Historia de la naturaleza. La naturaleza de Darwin era falsa. Él no sentía la naturaleza. La naturaza es vida y la vida es naturaleza. Amo la naturaleza. Sé lo que es la naturaleza. Comprendo la naturaleza, pues siento la naturaleza. La naturaleza me siente. La naturaleza es Dios. Yo soy la naturaleza. No me gusta la naturaleza falsa. Mi naturaleza es viva. Yo estoy vivo. Conozco personas que no comprenden la naturaleza. La naturaleza es una cosa magnífica. Mi naturaleza es magnífica. Sé que me dirán que yo también estudio, pero yo estudio la naturaleza de acuerdo con el sentimiento. Mis sentimientos son grandes y por eso sé lo que es la naturaleza sin estudiarla. La naturaleza es vida. La vida es naturaleza… (Pág. 24)

… Viví en casa de la madre de mi mujer durante la guerra. Comprendí la guerra, pues combatí con la madre de mi mujer. Quise entrar en un restaurante, pero una fuerza interior me retuvo. Llamo fuerza interior al sentimiento… (Pág. 25)

… Ahora estoy escribiendo con un lápiz químico. Quiero describir mis aventuras con las prostitutas. Yo era muy joven y por eso cometía tonterías. Todos los jóvenes cometen tonterías. Perdí mi equilibrio y fui por las calles de París a buscar prostitutas. Pasaba mucho rato buscando, pues quería que la chica fuese sana y hermosa. A veces me pasaba el día entero buscando y no encontraba ninguna, pues no tenía experiencia en buscarlas. Hacía el amor con varias prostitutas al día. Sabía que mis acciones eran horribles. No me gustaba lo que estaba haciendo, pero mis hábitos se intensificaron y comencé a buscarlas. Conocía un horrible sitio donde había prostitutas. Ese sitio era un bulevar. Paseaba por el bulevar y a menudo me encontraba con prostitutas que no advertían mi presencia. Recurría a todo tipo de artimañas para que las prostitutas repararan en mí. Ellas se fijaban poco en mí, pues iba vestido con sencillez. No quería ir vestido con ostentación, pues temía ser descubierto. En una ocasión, iba persiguiendo a una prostituta que había torcido en dirección a Lafayette (los almacenes)… (Pág. 27) ¨

(…) La gente dirá seguramente que Nijinsky se finge loco para realizar sus horribles actos. Debo decir que los actos horribles son una cosa horrible y por eso no me gustan y no quiero realizarlos. Antes los realizaba, pues no comprendía a Dios. Lo sentía, pero no lo comprendía. Es lo que hace hoy toda la gente. Todas las personas tienen sentimientos, pero no comprenden el sentimiento. Quiero escribir este libro, pues quiero explicar lo que es el sentimiento. Sé que muchos dirán que es mi punto de vista sobre el sentimiento, pero sé que eso es falso, pues ese punto de vista emana de los mandatos divinos. Yo soy, como Cristo, un hombre que con los mandatos divinos. Temo al pueblo, pues pienso que tiene intenciones brutales y puede comprenderme mal y entonces someterme a un linchamiento… (Pág. 30)

(…) No necesité ir a la universidad, pues no tenía que saber tanto. No me gustan las universidades, porque se dedican a la política. La política es muerte. La política interior y exterior. Todo lo que se ha inventado para el gobierno es política. La gente ha perdido el norte y no pueden entenderse unos a otros, y por eso se han dividido en partidos. (Pág. 45)

(… )No me gusta el Hamlet de Shakespeare, pues piensa. Yo soy un filósofo que no piensa. Soy un filósofo con sentimiento. No quiero escribir invenciones. Me gusta Shakespeare por su amor al teatro. Shakespeare entendió el teatro como algo inventado. Yo he entendido el teatro a partir de la vida. Yo no soy una invención. Soy vida. El teatro es vida. Yo soy teatro. Conozco sus hábitos. El teatro es hábito y la vida no es hábito. Yo no tengo hábitos. No me gusta el teatro con escenario cuadrado. Me gusta el teatro circular. Construiré un teatro circular. Sé lo que es el ojo. El ojo es el teatro. El cerebro es el público. Yo soy el ojo en el cerebro. Me gusta mirarme en el espejo y ver un ojo en mi frente. A menudo dibujo un ojo (1)… (Pág. 63)

Me gustan los bufones de Shakespeare. Tienen mucho humor, pero a veces se enfurecen y por eso no son Dioses. Yo soy un bufón de Dios y por eso me gusta bromear.
Quiero decir que el bufón es bueno allí donde hay amor. Un bufón sin amor no es Dios. Dios es un bufón. Yo soy Dios. Nosotros somos Dioses, vosotros sois dios… (Pág. 143)

Quiero escribir sobre mi vida como artista. Yo estaba nervioso, pues practicaba mucho el onanismo. Practicaba el onanismo porque veía a muchas mujeres hermosas que coqueteaban. Las desea y practicaba el onanismo. Observé que se me empezaba a caer el pelo. Observé que los dientes se me empezaban a pudrir. Observé que estaba nervioso y empezaba a bailar peor. Comencé a practicar el onanismo una vez cada diez días. Pensé que diez días era el intervalo necesario, que todos debían correrse una vez cada diez días, pues había oído que lo decían los mayores. No tenía más de diecinueve años cuando comencé a practicar el onanismo una vez cada diez días. Me gustaba tumbarme y pensar en mujeres, pero después me corría, y decidí excitarme conmigo mismo. Contemplaba mi miembro erecto y me excitaba. No gustaba, pero pensaba que “ya que he puesto en marcha la máquina, hay que acabar.” Acaba rápido. Sentía que la sangre afluía a mi cabeza. No me dolía la cabeza, pero sentía dolor en las sienes. Ahora siento dolor en el estómago, pues he comido mucho, y tengo el mismo dolor en las sienes que entonces, cuando practicaba el onanismo. Practicaba el onanismo cuando bailaba, pues me había dado cuenta de que era la muerte para mi danza. Comencé a reservar mis fuerzas y por eso lo dejé. Comencé a “ir de putas”. Me resultaba difícil encontrar prostitutas, pues no sabía donde buscarlas. Me gustaban las prostitutas de París. Las deseaba, pero después de una vez no quería hacer nada más. Me gustaban esas mujeres, pues eran buenas personas. Sentía dolor cada vez después de la copulación. No escribo este libro para que la gente sienta lascivia. No me gusta la lascivia. No siento lascivia cuando escribo estas líneas. Lloro amargamente. Me doy cuenta de todo lo que he vivido y por eso escribo sobre la lascivia. Mi lascivia por poco me lleva a la ruina. Sentí debilidad. No podía componer los Juegos. (2) Creé ese ballet sobre el tema de la lascivia. Ese ballet no tuvo éxito, pues yo no lo sentía. Lo comencé bien, pero después empezaron a meterme prisa y no lo acabé. En ese ballet se ve la lascivia de tres jóvenes. Comprendí la vida a los veintidós años. (Págs 225-226)

(…) Fui bautizado en dos ciudades. (3) Nací en una ciudad. Mi ciudad fue y es mi madre. Una madre no puede decir nada. Yo pido su amor. Quiero su amor. Escribo escribo escribo. Quiero quiero quiero. (P. 138)

(…) Los críticos piensan siempre que son más inteligentes que los artistas. A menudo abusan de su poder, pues vituperan al artista por su actuación. El artista es pobre y por eso tiembla ante el crítico. Se siente dañando y ofendido. Llora en su alma. Conozco a un crítico arbitrario, un pintor, al que no le gustaban los artistas que no se humillaban ante él. Se llamaba Alexander Benois. (4)

… Diághilev es una persona atildada y le gustan los museos. Yo considero que los museos son cementerios. Él considera que los museos son vida. Un museo no puede ser vida, aunque sólo sea porque contiene las obras de artistas muertos. Considero que no hay que conservar los cuadros de los muertos, pues arruinan la vida de los artistas jóvenes. El artista joven es comparado con el del museo. Conozco a un artista al que no le dejaron graduarse en la Academia de Artes sólo porque sus cuadros no se parecían a los de los museos. Ese artista se llamaba Anisfeld. (5) Anisfeld era judío. Tiene hijos. Está casado, pero su mujer no lo ama. Lo sé porque decía que reñía con su mujer. Lo recuerdo. Acudía a ver Diághilev y se lamentaba. Sé que amaba a su mujer, pues yo sentía el llanto de su alma. Era una buena persona. Le encargué muchos ballets. Ahora está en Norteamérica, donde pinta retratos y decorados. Por los periódicos se ve que goza de éxito. Estoy muy contento por él… (P. 180-181)

(…) He apagado la luz eléctrica, pues quería economizar. He comprendido el significado de la economía. No me importa gastar dinero, pero sí gastar energía. He comprendido que sin energía no habrá vida. He comprendido lo que significa el apagamiento de la tierra, y por eso quiero darle a la gente una idea sobre cómo se puede obtener electricidad sin carbón. El carbón es necesario para el calor de la tierra y por eso no quiero extraer carbón.

Quiero poner el carbón como ejemplo. La gente excava y excava en busca de carbón. La gente se asfixia a causa del carbón. A la gente le resulta difícil vivir, pues no comprende el significado del carbón. Yo sé lo que es el carbón. El carbón es un combustible. Sé que la gente abusa del carbón. Sé que la vida es corta y por eso quiero ayudar a la gente. No escribo para pasar el rato. Quiero hacer comprender a la gente la vida y la muerte. Amo la vida. Amo la muerte. No le temo a la muerte. Sé que la muerte es buena allí donde Dios la quiere. Sé que la muerte es mala donde no hay Dios (…)


(…) Seré el hombre más feliz cuando sepa que las cosas son compartidas por todos. Seré el hombre más feliz cuando actúe y baile y etc. sin pago en dinero o de cualquier otro tipo. Deseo amor hacia la gente. No deseo la muerte. Temo a las personas inteligentes. Huelen a frío. Me hielo cuando hay una persona inteligente a mi lado. Temo a las personas inteligentes, pues huelen a muerte. No escribo para entrar en razonamientos. Escribo para explicar. No quiero nada por este libro, pues no sé escribir. No quiero que mis libros se vendan. Quiero su publicación gratuita. Sé que hoy es difícil publicar sin dinero. Sé que la gente se está muriendo. Sé que comprenderán si estos libros están bien publicados y por eso los publicaré por dinero. He empleado poco tiempo en escribirlos, pero mi mujer quiere dinero, pus le teme a la vida. Yo no la temo, pero no tengo derecho a dejar a mi mujer sin recursos. (Pág. 190).


1. En la época en que escribía su diario, Nijinsky realizó muchos dibujos en los que por medio de arcos y círculos representaba ojos.
2. Juegos (Jeux) fue el segundo ballet coreografiado por Nijinsky, con música de Debussy. En él se representaban los coqueteos de dos mujeres y un hombre vestidos con ropa deportiva. Su estreno, en 1913, dejó desconcertado al público de París.
3. Nijinsky piensa que fue bautizado en Kiev, donde nació, y después en Varsovia, aunque al parecer sólo fue bautizado una vez y en esta última ciudad.
4. A.H. Benois (1870-1960), pintor, historiador y crítico de arte, uno de los fundadores de la revista El mundo del Arte. Fue junto a Bakst el responsable de diseño y decorados de los Ballets Rusos.
5. B. I. Anisfeld (1879-1973), pintor y diseñador de decorados. Miembro del grupo El mundo del Arte. y colaborador de los Ballets Rusos. Trabajó para Nijinsky en el espectáculo que esté presentó en Londres en 1914. Emigró a Estados Unidos en 1918.

Traducción y notas de Helena-Diana Moradell

Diario. Barcelona. Acantilado. 2003.
Material enviado por: Óscar González
Vaslav Nijinsky
Bailarín y coreógrafo de ballet ruso
Nació el 28 de febrero de 1890 en Kíev (Rusia), en el seno de una familia polaca. Asistió a la Academia Imperial de Danza, en San Petersburgo. Debutó en 1907 con el Ballet Imperial. Algún tiempo después se trasladó a París y bailó como miembro distinguido de los innovadores Ballets rusos, en su primera época, bajo la dirección de su productor Sergei Diáguilev. Pronto se transformó en primer bailarín. Fue el primero en representar los papeles principales en El espectro de la rosa, Petrushka, Schéhérezade y Las sílfides. Hizo la coreografía de La siesta de un fauno (1912) y La consagración de la primavera (1913) que suscitó comentarios y protestas en contra de la supuesta obscenidad del primero y la áspera temática del segundo, en el que una doncella debe sacrificarse bailando hasta morir de extenuación. Abandonó su carrera en 1918, al ser atrapado por la esquizofrenia, de la que nunca se llegó a recuperar completamente. Falleció el 8 de abril de 1950. Fue enterrado en París.

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